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“Ofelia muerta” (1852), de John Everett MILLAIS, uno de los fundadores de la Hermandad Prerrafaelita. |
"Hay un sauce que, inclinándose a
su peso, mira el albo verdor de sus hojas en la cristalina corriente
de un arroyo. Con sus ramas elaboró Ofelia intrincadas guirnaldas de flores,
juncos, margaritas y esas orquídeas color purpúreo que el vulgo llama «dedos de
muerto». Quiso colgarlas del árbol, se quebró la rama en que se apoyaba, y cayeron ella
y sus guirnaldas en el lloroso arroyo. Sus ropas se esparcieron manteniéndola a flote
durante un tiempo. Se puso entonces a cantar trozos de viejas alboradas, como
si no supiera el peligro en que se encontraba, o como si fuese una náyade nacida y
criada en las aguas. Pero no tardaron mucho sus prendas en empaparse
arrastrando a la pobre doncella y su canción a morir en las cenagosas profundidades." (Hamlet, William Shakespeare)
Las locuras hechas por amor a veces traspasan los límites físicos y llevan a un destino fatal en que el cuerpo cede paso al alma para que esta vuele libre en otra dimensión, en otra parte de este mundo. El concepto de amor como locura, unido al suicidio o a la muerte como única escapatoria, ha sido leitmotiv de obras literarias tan conocidas como esta.
La literatura ha inspirado numerosísimos trabajos de pintura y escultura, desde la Biblia hasta nuestros tiempos y ha dado lugar a obras de arte tan grandiosas como la de Millais, que representa a una inocente y casi divina Ofelia ahogada en el río con la misma pureza y transparencia que reflejan esas aguas, embelleciendo así hasta el infinito el concepto de morir por amor, o por desamor. Muchas son las representaciones que de este personaje se han hecho, pero, como todos tenemos nuestros favoritos, yo me quedo con la prerrafaelista, inspirada en la obra de Shakespeare. Una vez más la literatura está al servicio del arte, y viceversa.
Y para acabar las jornadas literarias que empezaron en la isla desierta que fue hogar de Robinson, deberás acudir a dos simpáticas y guapísimas ladies de nuestro centro que intentan día a día que nuestros alumnos se expresen en la lengua del gran dramaturgo universal que escribió, con tan delicado lirismo, el anuncio de la muerte de Ofelia por boca de Gertrudis en esta conocidísima tragedia.
El camino invisible por el que vas te llevará ahora a otros paisajes, a otras lenguas, a otros lugares...y todo unido por unas pocas palabras: AMOR y LOCURA. Lo único que debes hacer es pedir a estas ladies que te den un precioso poema que deberás completar , una vez que averigües las palabras que faltan, déjalo en el rincón TAI, que se convertirá por momentos en rincón literario...Después, como siempre, espera a recibir noticias mías. Ánimo, que el camino está llegando a su fin. Aunque, si te digo la verdad, me da mucha pena que se acabe...¿A ti no?
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