Bueno, a lo que iba. Nos quedamos viendo la relación entre música y matemáticas, creo. Sí, justo ahí.
Si las acciones de los seres humanos nos sorprenden algunas veces, es cierto que cuando estudiamos el comportamiento animal, entonces sí que nos quedaremos en más de una ocasión con la boca abierta.
Si las acciones de los seres humanos nos sorprenden algunas veces, es cierto que cuando estudiamos el comportamiento animal, entonces sí que nos quedaremos en más de una ocasión con la boca abierta.
Es el caso de la especial comunicación de las abejas, e incluso de la jerarquización existente en la comunidad de la colmena. Una organización tan precisa que parece propia de humanos...Aunque ahora que lo pienso, es un código mucho más perfecto que el verbal.
Entre las abejas existe un sorprendente sistema de
comunicación simbólica. Una vez que la abeja descubre en el campo una fuente de
alimentos, por ejemplo florescencias, llena su buche con néctar y retorna hasta
la colmena donde realiza una vigorosa danza destinada a que sus congéneres
sepan la situación de la fuente alimenticia descubierta. Si el néctar
descubierto se encuentra a menos de noventa metros de la colmena la abeja
realiza una danza circular, primero moviéndose 2 cm. o más, y luego en círculos
en dirección opuesta. Numerosas abejas de la colmena siguen a la abeja danzante
en sus movimientos, imitándolos. Durante esta ceremonia las demás
obreras huelen la fragancia de las flores cuyo néctar ha sido recolectado por
la abeja danzarina. Una vez que las abejas pecoreadoras han entendido que el
alimento no está demasiado lejos y cuál es el aroma que desprenden las flores
que tienen que encontrar, abandonan la colmena y vuelan alrededor en círculos
cada vez más amplios hasta que encuentran la fuente alimenticia.
La danza es un idioma importante en la estrategia de
supervivencia y que ha permitido a la abeja su éxito como especie.
La abeja reina es la madre de todas, su apariencia es
diferente y es la que guía al resto.
Las tareas que desarrollan las abejas obreras y que se
hallan relacionadas con la limpieza de los panales pueden ser divididas en dos
grupos: la preparación de las celdas y el cuidado sanitario.
Los zánganos son las abejas macho de la colonia y representan un pequeño
porcentaje de la población total de la colmena ya que su número apenas supone
unos centenares durante todos el ciclo de cría, raramente conviven al mismo
tiempo en la colmena más de cien.
En la colmena de este centro pechinero, existen zánganos, obreras y, por supuesto, una abeja reina que guía el camino de todas las demás, y demuestra cada día sus dotes de jefa. Acude a ella el lunes y dile: "VENGO A POR UN PANAL DE RICA MIEL"...A partir de ahí, ¡ya sabes! tendrás que seguir, esta vez volando cual abeja obrera, según las instrucciones que te dé tu abeja reina. ¡Ánimo, viajera invisible, que lo estás haciendo muuuuuuy bien! Y esta parte del viaje va a ser la más dulce...
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