domingo, 16 de diciembre de 2012

El enano de Amelie

Si preguntáramos a algunos enamorados por un lugar de la geografía europea romántico por excelencia, seguro que la mayoría diría antes que otros, la Ciudad de la Luz.
Más de uno y de una se habrá hecho la típica foto con la torre Eiffel de fondo mientras infunde a la persona amada un apasionado beso de amor. A mí, supongo que ya te habrás dado cuenta, no me gustan los convencionalismos...Y ese creo que también me lo salto.
¿Qué es romántico y qué no? Todo dependerá de la situación, del momento y de la persona. La torre Eiffel es un icono del romanticismo, pero, a lo mejor por ese mismo motivo, es mejor buscarse otro rincón más especial, o menos concurrido.
Y, si pienso en París, o en Francia, lo primero que se me viene a la cabeza es el enano de la película Amelie, que recorre el mundo y se retrata en escenarios tan conocidos como estos:
 
Si este intrépido viajero visitara el sur de España, seguro que no se iba sin meter en el tupper un poquito de salmorejo y otro de gazpachito fresquito.
Y ahora que lo pienso, a este enanito lo vi yo el otro día por nuestro centro. Pero no recuerdo muy bien el sitio exacto... creo que estaba cerca de un lugar calentito, y del que sale un olorcillo a pan recién tostado que alimenta. Sí, sí, fue ahí, supongo que con el frío que hace ahí seguirá. Búscalo, creo que se va pronto de España y que quiere llevarse algo en su mochila viajera. Sé que lo ayudarás porque sería una auténtica pena que se fuera de nuestro país sin lo que está buscando. ¿Qué me dices? ¿Lo harás?...Corre en su ayuda, creo que regresa a su país en menos de 24 horas. Anda, sé hospitalaria con este viajero que tú mejor que nadie sabes lo bonito que es viajar en compañía y llevarse una buena impresión de la gente que conoces mientras viajas. Haz que su estancia en España sea inolvidable.

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